Bienmesabe.
¡Qué bien puesto está el nombre!
Es un dulce exquisito. ¡Se me hace la boca agua sólo de pensar en él! Desde que se empieza a preparar su aroma lo inunda todo y ya se hace apetecible.
El que probé en la isla de La Palma me cautivó. No sólo por su sabor, son tantos los recuerdos que me evoca…
“La Isla Bonita”. ¡Qué nombre más acertado! Sus abruptos y variados paisajes enamoran a los amantes de la naturaleza. Infinidad de senderos recorren sus Parques Naturales atravesando bosques, cascadas, volcanes, roques, calderas, barrancos, playas y piscinas naturales.
Y por si todo esto fuera poco es un lugar privilegiado para observar el cielo nocturno.
La hospitalidad y amabilidad de sus habitantes y su variada y rica gastronomía harán que te sientas muy afortunado de haber llegado hasta esta preciosa isla. Si además pruebas el “Bienmesabe Palmero” creerás haber llegado al mismísimo cielo.
Hay diferentes versiones de esta receta.
En Panamá, Perú, Puerto Rico y Venezuela lo preparan cada uno con su toque diferente.
En Panamá, Perú, Puerto Rico y Venezuela lo preparan cada uno con su toque diferente.
En el malagueño pueblo de Antequera las monjas Clarisas son especialistas en elaborar una variante también exquisita. Le añaden cabello de ángel y está de muerte.
Pero si tengo que elegir alguna de entre todas sus variedades, me quedo con el “bienmesabe palmero”. Os animo a que lo preparéis.
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