Cremeschnitte o Kremna Rezina es un delicioso y delicado pastel típico de Eslovenia, aunque se puede saborear en muchos países de Europa Central.
De toda Eslovenia, el que se hace en Bled es el más conocido y apreciado.
Hace unos años tuve la suerte de probarlo en este precioso pueblito y me gustó tanto que pensé prepararlo alguna vez.
Eslovenia es un pequeño país con paisajes increíbles y espectaculares parques naturales. Recorrerlo es una experiencia que merece la pena y que no te dejará indiferente.
Si tuviera que escoger un rinconcito de este país creo que me quedaría con Bled, pintoresco lugar al pie de los Alpes Julianos que parece sacado de un cuento de hadas.
Lo más llamativo es su precioso lago de origen glaciar. Se puede recorrer en barca o rodearlo caminando por sus senderos. En su interior alberga una minúscula isla con una iglesia cargada de historia y de leyendas.
En lo alto del castillo situado en la montaña se encuentran las mejores vistas. Desde allí se puede admirar la tranquilidad de las aguas del lago y una bellísima panorámica del pueblito y de la única isla de Eslovenia.
Ha pasado el tiempo, pero persiste en mi memoria el recuerdo de este fantástico viaje y del dulce que prometí preparar en alguna ocasión.
Me ha costado encontrar las proporciones para que la crema quedara espesa y no se desmoronara todo al final. Aunque la versión original es con nata encima de la crema pastelera, a mí me ha gustado más con Chantilly.
Es un postre elaborado y lleva su tiempo hacerlo, no os voy a engañar, pero el resultado compensa. Es un riquísimo pastel, ligero, nada empalagoso y que se devora en un santiamén.
Como siempre podéis encontrar la receta en este blog o seguir el video de su elaboración. Os animo a prepararlo y disfrutar de este dulce pedacito de Bled.
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