Calabacines rellenos de salmón ahumado y gambas



Hace meses que tengo abandonados los fogones de este blog culinario. 

Las tareas diarias, las rutinas, las obligaciones familiares y profesionales han ido arrinconando mi atención a esta bitácora. 

No se me ocurre mejor ocasión para reavivar su llama que rendir homenaje a una gran persona y mejor cocinero, nuestro amigo Juan Pedro, el “tortillapapa” como se hace llamar en su estupendo blog de cocina, de quien tomo prestada esta magnífica receta. 


En muchas ocasiones he tenido la suerte de saborear algunos de sus platos. Y sin embargo, no había surgido la ocasión de dedicar un post en este blog a sus magníficas cualidades culinarias. Y es que, como bien dice Miguel Ángel Santos Guerra en uno de sus últimos artículos en El Adarve, la mayoría de las veces no valoramos lo suficiente a las personas que tenemos más cerca.  

“No valorar los méritos o la valía de quien se tiene al lado es un tipo de miopía psicológica que daña y empobrece las relaciones interpersonales” algo parecido a lo que ocurreCuando vives al lado de un monumento espectacular o de un lugar especialmente hermoso, tiendes a restarle valor. Se hace tan cotidiano que pierde su excepcionalidad.”.

Para la receta que os presento en esta ocasión he seguido las indicaciones  de Juan Pedro, aunque como casi siempre, con algún que otro pequeñísimo cambio (utilicé langostinos en vez de gambas). Espero que sepa disculpar mi osadía.

El resultado es sorprendente. Es un plato muy sabroso y completo. La salsa elaborada a partir de las cabezas de los langostinos y el cava es el complemento perfecto para combinar con el resto de ingredientes.

Aunque prepararla requiere su tiempo, merece la pena el resultado.